Vinos de Chile irrumpe en discusión de ley de impuestos al alcohol en Colombia y consigue moderar alza
El Senado aprobó el proyecto y ahora pasó a conciliación entre las dos cámaras del Congreso, donde discutirán los artículos donde hay diferencias.
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Un papel titular está jugando Vinos de Chile en la discusión que se está dando en el Congreso de Colombia, ante la idea de subir los impuestos a los alcoholes.
Durante los últimos seis meses, en el Senado de ese país se estuvo discutiendo el proyecto de Ley de Impuesto al Alcohol, en el que el vino asomó como uno de los principales perjudicados, en especial si se compara con la cerveza, producto equivalente pero que sufriría un alza en gravámenes menor al derivado de la uva.
La situación alertó a Vinos de Chile, que agrupa a más del 90% de la industria productora en Chile y donde uno de sus principales mercados en la región es el país cafetero. La organización no se quedó de brazos cruzados y en agosto contrató un análisis jurídico del estudio Gary Horlick, especialista en este tipo de temas. Hasta el momento la apuesta ha dado resultados.
En un principio la reforma sugería determinar el impuesto sobre dos componentes: uno fijo de 220 pesos colombianos ($ 51) por porcentaje de contenido alcohólico de una bebida de 750 ml; y el segundo componente ad valorem que grava un “impuesto dinámico” del 25% del precio de una bebida alcohólica, determinado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).
Pero tras la gestión de la Asociación de Vinos de Colombia (Asovinos) más el trabajo de Vinos de Chile, se logró moderar estas alzas, que en un caso extremo habrían implicado que el peso de los impuestos en el valor final de venta de una botella de vino subiera desde 17% a 33%.
El martes pasado el Congreso colombiano redujo a un 20% el impuesto y dejó en 150 pesos colombianos ($ 34,4) por grado de alcohol en botella de 750 ml.
Según Luz María González, presidenta de Asovinos, “a nuestro juicio, el componente ad valorem del nuevo impuesto al consumo gravable a las bebidas alcohólicas que se propone no es compatible con varias disposiciones de la ley de la OMC”. En este contexto, reconoció que ha sido un “trabajo titánico el que hemos realizado, y logramos bajar en cinco puntos el impuesto”.
La ejecutiva recordó que “gracias al trabajo conjunto con Vinos de Chile logramos que no escucharan. No estamos conformes, porque queríamos que fuera similar al de la cerveza”.
En tanto, Claudio Cilveti, gerente general de Vinos de Chile, aseguró que “en estricto rigor siguen aplicando una estructura tributaria que no obedece al patrón internacional”, donde la cerveza y el vino se consideran productos equivalentes.
Añadió que “esto nos podría costar el equivalente a lo que vende un país completo, unos US$ 10 millones menos de facturación a la categoría vinos, donde Chile es uno de los más fuertes, por lo que nos pega más”.
Cabe mencionar que Colombia hoy está tratando de ingresas a la OCDE y para ello deben cumplir con una serie de condiciones y una de ella es no discriminar tributariamente, “pero con en esta nueva legislación están cometiendo errores, porque después la OCDE va a cuestionar esta situación y la OMC le va a exigir al gobierno no discriminar entre productos similares”.
El ejecutivo chileno apunta que otro efecto es que el precio con el que quedaran los productos. “Lo más triste es lo que se va a dar con los vinos medios y altos, porque van a ser de mayor precio y se tornarán incomprables”, sostiene.
Lo que viene
Según González, la iniciativa ahora pasó a conciliación entre las dos Cámaras, donde se analizan los artículos más polémicos, entre ellos el impuesto al vino. Tras eso, estará lista para ser promulgada.
“Nuestra esperanza es que el Congreso tome conciencia de esta situación, si no lo hace y legisla de forma mirando solamente al mercado colombiano, estamos seguros que en seis meses más van a tener que hacer un cambio”, dijo Cilvelti.
Colombia hoy es uno de los principales países importadores de la región. Desde Chile se han exportado 818 mil cajas en los últimos doce meses, alcanzando los US$ 23 millones a US$ 28 la caja.